Este fin de semana acabé la bufanda por encargo, después de varias sesiones intensivas de tejimiento (tomando descafeinados con magdalenas de chocolate, viendo como conocí a vuestra madre, escuchando el cine de loqueyotediga...) Es un patrón facilote, pero la lana (pasion de lanas stop) es engañosa y hay que estar atentos a meter la aguja por el punto y no por los hilitos-pelusilla que brotan del hilo principal. Ya la había usado hace unos meses para un regalo (hice un cuello tejido en circular que se fruncía con una cintita de ante) y fue la primera vez que un hilo 100% poliamida me convenció como para comprarlo. Bueno, en realidad me convenció la señora de la tienda (que perra tienen en las tiendas con endosarte acrílicos) pero era una señora tan maja que me dejé llevar. Es curioso esto de los acrílicos, varias veces tengo preguntado por ovillos de seda (ideas revolucionarias desde persones llanes), y las dependientas venga a sacarte acrílicos brillantes. Y yo "no, no, seda, de la de los gusanos de seda, el material-seda" y ellas "sí mira, aquí pone lanas stop-seda" y dos centímetros más abajo se lee "90% poliamida, 10% poliester" Puede que si pidas lino te den nylon. Hablando de sedas, estuve mirando en ravelry proyectos para la lana Anahata y Manipura. Para la manipura estoy dudando entre un bolso o una bufanda estrecha de patrón inventado. También hay unos cinturones preciosos que le van muy bien a esa lana. La idea inicial de la anahata dorada era un chal, pero no lo tengo muy claro porque quedaría algo despeluchado.
Y el segundo proyecto terminado, y del que me siento más orgullosa, es la bufanda branching out. Va a ser para una persona que sabrá apreciar la calidad de la lana y el calado (mi primeer calado chispas) Ahora esta hormándose, por lo que cada persona que entra en mi habitación me pregunta si tengo escondida a una oveja mojada. Le di un poco con el secador, para no respirar hongos de humedad esta noche, pero sigue empapada y además tengo miedo de estropear la sedalana.
Le tengo cierta manía a la humedad, cualquier cosa que permanezca mojada más de 12 horas ya es sospechosa de contraer hongos y olores malignos. De esa manía a la humedad se ramifican las manías de ventilar a todas horas y de sacar la ropa in-me-dia-ta-men-te después de terminado el programa de la lavadora. Una vez viví en una casa en la que podía tender al aire libre, y éramos felices, mi ropa y yo. Alguna que otra sábana aventurera tiene volado desde el tendal, pero a cambio tenía toallas sequísimas y con olor 100% a aire puro y mimosín. Las secadoras me parecen concentradores de hongos resecos. Y... esto... creo que debería irme a la cama y descansar
Hasta mañana.
martes, 29 de enero de 2008
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