Aqui está la reportera dicharachera recién llegada de Suiza-Alemania. Llego muy encervezada y cargada de lanas. Bueno, no tan cargada, pero teniendo en cuenta que no pensaba comprar nada...
Encontré una en Dachau donde compré dos madejas de Malabrigo Lace, y una china hipersuave de Moon Night (Lotus Yarns) Tenían knit picks, pero como ya había picado con unas Spectra en el CI de la Castellana, me resistí.
En Oberammergau enco
ntré dos tiendas con mogollón de lanas para calcetines. Calcetineras del mundo, Alemania es vuestro paraíso. Allí compré una madeja de Regia con la que me estoy haciendo unos mitones y unas mangas tipo calentadores. Baratas en comparación a las lanas de calcetines de aqui: me costó la madeja 4,95€
Después de curiosear en varias tienditas en varios pueblos (lanas para calcetines, y otras que no tienen nada que envidiar a nuestras Katia ni en bonitura ni en precio), volví a picar en la verbena de Rothenburg ob der tauber. En esta verbena, al lado de los puestos de algodón de azúcar y del tren de la bruja, encontré (atención) knit picks: spectra, de metal y harmony, con sus correspondientes cables. Y una vez más, toneladas de ovillos para calcetines, en los que me resistí para no picar. Me llamó la atención una colección de lanas calcetineras del mundial, que reproducían los colores de las banderas en rayas autogeneradas.
Esto en lo que respecta al tema laneril. En lo viajero, finalmente modificamos bastante nuestros planes de recorrer Baviera y Selva Negra, y nos quedamos la primera se
mana en Suiza, en Interlaken, y la segunda en Baviera, dejando la Selva Negra para un futuro viaje Alsacia+Selva Negra. Esto es lo bueno que tiene ir con la casa a cuestas y en temporada baja, los planes son muy elásticos. Suiza nos volvió a encantar, aunque esta vez nos hizo algo de frío y mucho de lluvia.
Baviera es... genial! No soy muy amante de la cerveza en general (aunque algunas marcas me gustan mucho), pero nunca bebí tantos litros en mi vida. Y comí hasta en el desayuno salchichas y/o fleischpflanzerl (albóndigas, la única palabra en alemán que me esforcé en aprender), ensalada de patata (maaadre, que rica), y sauerkraut (chucrut, que bah, no está mal, pero no es mi acompañamiento favorito) También Leberkäs, un pastel de carne (sospechábamos que de hígado, pero resulta que no, y realmente con lo bueno que estaba nos daba igual) Y Semmelknödel, albóndigas de pan, que también pueden ser de patata. Y Apfelstrudel, que es tarta de manzana sin muchas parafernalia.
Nos encantó Ratisbona,
Rothenburg obt, Munich, Dachau, Obberamengau y Lindau. Casitas de cuento, frescos en las fachadas de las casas, tiendas de ropa bávara (vimos a mucha gente vestida con el típico pantalón y los sombreros adornados con plumas), castillos impresionantes, buena comida, gente amable, abundancia de campings correctos (nada supera a Francia en el tema camping, pero Alemania no está mal), y mucho que ver.