lunes, 28 de enero de 2008

Dinero, poder.

Acabo de llegar a casa. El viaje fue amenizado con la peli de Fahrenheit 9.11 y varios capítulos de Scrubs, que me devolvieron al mucho más agradable mundo de la ficción.

Ver pelis de Michael Moore te deja el regusto de "suerte que vivo en Europa" Ya nos pasó con Sicko en navidades.

No tengo un conocimiento suficientemente profundo en política como para rebatir o creerme lo que dice este hombre, pero la idea que me queda clara sin temor a equivocarme es que todo lo mueven el dinero y el poder, y que las creencias que tenemos, a quien votamos, a quien odiamos y a quien defendemos, todo está moldeado por los medios de comunicación. Ellos deciden si esta semana son más preocupantes los niños soldado o las mujeres maltratadas, si debemos manifestarnos en defensa de una ley o escandalizarnos ante una corruptela política.

Sería curioso que un día dijesen en el telediario que Estados Unidos ha sido invadido por otro país. Bush en busca y captura para ser sometido a un juicio bajo la supervisión del país invasor, imágenes de americanos con gorra y camiseta patriótica corriendo bajo las bombas mientras destruyen sus casas, sus escuelas, sus fábricas... No importarían mucho las razones. Por ejemplo que Estados Unidos ha abusado de los recursos naturales de dicho país perjudicando a su población, que a Bush ha cometido crímenes contra la humanidad al haber permitido ataques contra sus civiles, niños incluídos, y además que el pueblo americano vive en un estado insoportable de amoralidad (nadie les preguntó a los americanos si querían ser liberados, pero era evidente)

Estoy segura de que no se hablaría de otra cosa en los medios. Y de que la situación duraría más bien poco. Da un poco de grima.

Y ya para terminar la primera entrada de la semana, la carta de García Márquez sobre todo esto.

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