lunes, 28 de marzo de 2011

Técnicas de Marketing


Estoy en la ducha.
Llaman 15 veces seguidas al timbre de casa, avisando sin duda de que el edificio está en llamas, o que han entrado en el portal los cuatro jinetes del apocalipsis.
"tintintitintitintitintitintitintintintintintintintintintitintintintintintintintintintintintintinti"
Salgo rápidamente de la ducha. Me enrollo una toalla, resbalón, sigo corriendo hacia la puerta ¿Le habrá pasado algo al bichonovio que tenga que venir a casa con urgencia? ¿me habré dejado las llaves en la puerta? ¿le habrá pasado algo a algún vecino? Y cuando me acerco a la mirilla veo... dos chicas en la puerta, con sendas carpetillas de clip, garabateando algo. Como estoy goteando jabón en la alfombra, me vuelvo al baño echando chispas.

A los veinte minutos vuelven a llamar, solo 10 veces esta vez (las vendedoras deben tener cansado el dedo de cabrear al resto de los vecinos, y espero que esta frase sea reversible)
Les abro:
- ¿ha pasado algo? ¿hay un incendio? ¿una inundación?
- hola chica, que tal (¿como que hola chica?, ¿como que qué tal?, tengo primos carnales con los que no tengo estas confianzas) estamos avisando a todos los vecinos (ah, bueno, mira, sí que parece algo importante) de los servicios de vodafone.... (¿eh?, ¿vodafone? espera, espera)

Les corto diciendo que no tengo contratado ningún servicio con vodafone ni me interesa contratarlo (y ahora bastante menos) Y les canto las cuarenta acerca de llamar a la casa de la gente de esos modos.
Después de mi perorata, me dice muy dueña de sí, y muy sonriente:
- bueno, no te molestamos más, pero ¿sabes qué?
- ¿qué?
- que tengas un buen día.

El colmo.
Además de noseque servicio de vodafone, me quieren vender que:
- vienen a hacerme un favor ("estamos informando a todos los vecinos, y no te ibas a quedar tú sin saberlo")
- y que tienen la buena educación y el poco rencor de, tras escuchar mi rapapolvo, desearme un buen día. Ojalá la buena educación se demostrase desde el momento que ponen el dedo en el timbre.

Y en realidad lo que me han aportado es:
- un susto de muerte
- y el convencimiento de que si vodafone contrata a gente así para el primer contacto con el cliente, los que me atiendan cuando tenga el servicio ya pagado y contratado serán orangutanes bebé (con perdón para los orangutanes)


En otra ocasión, en la calle esperando al bus urbano, una chica me abordó para ofrecerme una tarjeta Visa de Citibank. La idea era que yo le daba mi número de cuenta, y ellos "sin compromiso ninguno" me enviaban una tarjeta Visa que yo podría activar, si finalmente me convencían las condiciones de la tarjeta. No sé, pero para mí el "compromiso" de dar mi número de cuenta es equivalente a donar un riñón o casarme en matrimonio plural. Para quitármela de encima, ya que no podía cerrarle la puerta de la marquesina en las narices, le dije que no me sabía mi número de cuenta de memoria, y ella amablemente se ofreció a acompañarme a alguna de las sucursales que habría por allí cerca. Perfecto, y después vienes conmigo a hacerte una copia de las llaves de mi casa.
En mi ignorancia, pensaba que Citibank era una entidad seria, del estilo de INGDirect. Gracias a esta campaña de "hazte una Visa mientras esperas al bus" me quedó claro que no.

¿En serio estas compañías no se dan cuenta del daño que este marketing puerta a puerta hace a su imagen?
Lo más triste de todo es que habrá un ama de casa amable o un jubilado educado que les abrirán la puerta con toda su buena voluntad, que les acompañarán a la sucursal y que les firmarán todos los papeles de sus malditas carpetas de clip.