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Un placer tejer estos Veyla, que ya cruzaron el charco rumbo a la Argentina. Como todos los patrones de Ysolda, una construcción simpática y un resultado inmejorable. Fueron el tejerimiento del primer domingo de vacaciones, con la brisa de la sierra madrileña y el cosquilleo de emprender un viaje al día siguiente. La lana, Mondial Extrafine. En ninguna de las dos fotos conseguí que saliese su color original, un morado aberenjenado.
Botones del rincón de Crea, del CI de la Castellana.
Durante el viaje empecé a tejer un gorro con orejas, con los restos de la Mondial de los veyla, y de una bufanda gris interminable que le hice a mi madre. Pasamos tanto frío la primera semana, con lluvia, noches heladas al pie de los alpes, goteras en la tienda... que estaba deseando terminarlo para estrenarlo. Pero yo que soy fiel a las Leyes de Murphy, le decía al bichonovio "seguro que cuando termine el gorro, empieza a hacer calor", con lo que el susodicho me apremiaba a cada rato libre para que terminara de una vez el dichoso gorro y así poder secar nuestra maltrecha tienda. Y efectivamente, en Munich, en el Viktualienmarkt, viendo el partido Ghana-Alemania en una calurosa noche cervecera, terminé el gorrito. Que finalmente no fue estrenado, claro. Solo diré que usé
un fantááááástico método para empezar gorros por la coronilla. EDITADO: el patrón que usé es
este, aunque tienen pinta de ser parecidos...
Y aprovechando mi visita madrileña a El Punto, compré el ovillo de Katia Linen que me faltaba para terminar la boina de primavera (ver patrón
Béret de Printemps) que fue felizmente estrenada en las cataratas del Rin, en Schaffhausen