martes, 8 de julio de 2008

Crónicas murcianas. Parte I

El viernes llegamos a Archena, con el tiempo justo de entrar al hotel y cambiarnos para la boda. Nos hospedamos en el Hotel La Parra, muy limpísimo, fácil de llegar, gente amable y precio correcto (45 € la habitacion doble)

La boda muy bonita, muy sencilla y tranquila. El cura mencionó que a la ilusión del enlace se sumaba el estar en una final de la Eurocopa: el tono de la homilía ya disipó nuestros miedos de una boda estirada.

A la mañana siguiente fuimos a desayunar al Balneario de Archena, en una terracita encima de un tablero de ajedrez gigante (descubrimos las piezas reservadas en un rincón), rodeados de palmeras y al lado del paseo del Río Segura. Un ambiente muy colonial.
Después del desayuno emprendimos el viaje a Cartagena. Íbamos algo desconcertados por las opiniones contradictorias de varios cartageneros: unos que decían que era preciosa, y que nos propusieron una rutilla para aprovechar el día, y otros que decían que era feísima, que te atracan por la calle y que mucho mejor Murcia. Como esta fue la última opinión que recibimos, Cartagena nos sorprendió para bien. Visitamos ruinas romanas variadas, el ayuntamiento (impresionante, y además la visita guiada es gratuita), el parque de los pavos reales y el castillo, y cogimos el catamarán turístico (un paseo muy recomendable para una primera impresión de la ciudad) Nos impresionaron los barcos y los submarinos militares. Y el primer submarino de Peral, que está en medio de una fuente en el paseo, ¡el original! Yo me imaginaba que estaría metido en una urna superprotegido.
Por la noche fuimos a un festival de ópera gratuito de fragmentos de obras de Puccini. Mientras esperábamos a que empezase, me puse a ganchillar el cuerpezuelo del robot 2.0, lo que atrajo la atención de una bandada de marujillas que reservaban sillas y sillas para amigas que estaban por llegar. "¡Uy fíjate que hacendosa! Para que digan que la juventud no se entretiene... seguro que se está haciendo un biquini así chiquitín!" Yo no sabía donde meterme. Y al rato, la señora de mi lado que me dice "¿quieres que te diga como hacer una variación del punto enano?", y me enseñó como hacer una especie de bordecito en medio de la labor y como hacerle una base al robot para que asiente. Y durante el espectáculo, las señoras de atrás me colocaban el chal para que no pasase frío. ¡Son de un sociable las cartageneras! Me sentía como rodeada de mamás. El bichonovio miraba todo esto asombrado.

El hotel de Cartagena era Los Habaneros. Muy buena situación, se llega andando a casi todo y hay aparcamiento cerca (el propio del hotel costaba 10 euros/día) Tenían estropeado el wifi. El trato bien, nada especial. El desayuno bufé correcto. Bonitas vistas desde el balconcito de la habitación. 50 euros la habitación doble, desayuno incluido, con puntos de Hotelplus.
Costumbres: Aprendimos que un chaval en Murcia es un "zagal", que tienen tipos de café desconocidos para mí (belmonte, manchado, el dos leches...) y que le echan limón a casi todo (incluso a las heridas)
Latiguillos: el bichonovio que exclamaba a cada poco "¡Murcia!", a lo que había que contestar "¡que hermosa eres!" con el entusiasmo de las galas de la Primera. Esto fue extendiéndose a cada cartel de cada pueblo que encontrábamos: "¡Cieza!...¡que hermosa eres!..¡Jumilla!...¡que hermosa eres!"
Gastronomía: Comimos caldero, paella, cabrito, mojama, huevas y gazpacho. Y patatas con limón, ñam.

2 comentarios:

cybernekanekane dijo...

Caramba, carambita, carambola, qué de cosas. Pues la verdad es que lo que más gracia me ha hecho ha sido lo de la panda de marujillas, jajajajaja. Yo no sé por qué dicen siempre, qué hacendosa, o qué trabajadora...Es una cosa que me llama mucho la atención, porque a mí cuando se han parado también señoras a mirarme mientras hago ganchillo o punto en la calle siempre me hacen ese tipo de comentarios, en plan, para que digan de la juventud...o el otro día una..."Claro que sí, mejor estáis aquí haciendo esto que no otras cosas" Bueno, mejor ni preguntar, porque a saber lo que les ronda la mente, jajajaja. Ah, y lo de los latiguillos es más típico...¿por qué en todos los viajes siempre hay algún tipo de frasecilla que es el alma mater durante todo el viaje? Jajajaja, habría que investigarlo...Un besote. Muakkkk

Anisor dijo...

Y yo que pensé que eramos los únicos de los latiguillos X-DDD Pero claro, los viajes largos en coche producen similares efectos en todo el mundo... En otro viaje se nos dio por terminar todas las frases en "ps", como por ejemplo "vamos a parar en esa gasolineraps", "tengo que sacar la maleta, abreme el maleterops" Supongo que como era una acampada por la costa azul debió ser un aire pijoburgués que nos entró por la ventanilla...
Besiños Nekane, y gracias por la visita ;-)